miércoles, 28 de octubre de 2009

La Semilla

LA SEMILLA

Por Begoña Rojo



"La Semilla, en la cual se halla en estado latente o potencial toda la planta, representa muy bien las posibilidades latentes en el individuo que deben despertarse y manifestarse a la luz del día. Todo ser humano es, efectivamente, un potencial espiritual o divino, idéntico al potencial latente en la semilla, que debe ser desarrollado o educido a su más plena y perfecta expresión, y este desarrollo es comparable en todos los sentidos al desarrollo natural y progresivo de una planta"
(Aldo Lavagnini).




El simbolismo de la semilla nos lleva directamente a los Misterios de Eleusis, en los cuales el iniciado estaba simbolizado en el grano de trigo echado y sepultado en el suelo para que germinara y se abriera, con su propio esfuerzo, un camino hacia la luz.




La espiga de trigo de los Misterios de Eleusis es símbolo de resurrección. El grano que muere y renace representa la iniciación. El mismo misterio está representado en Egipto por la muerte y resurrección de Osiris; Uno de los emblemas de este dios es precisamente la espiga de trigo.



Cada hombre lleva dentro de sí una semilla de luz, una estrella que por la ley de la armonía universal ansía unirse a sus semejantes. Saliendo de la oscuridad que le envuelve, se esfuerza, como una planta, por llegar hasta la luz.

Este anhelo, enraizado en él, le llama incesantemente, no le deja sosiego alguno. Y así lucha y busca, aunque ello conlleve a menudo sufrimiento, pues el camino hacia la luz está sembrado de obstáculos que han de ser superados. Estos obstáculos no son negativos ni enemigos nuestros, más bien hay que verlos como oportunidades que la vida nos brinda para medir nuestras fuerzas y a través de cuya superación aprendemos a crecer.


Imaginémosnos que todo nuestro Universo conocido, tanto material como espiritual, tanto exterior como interior, fuese la evolución y el desarrollo de una semilla en la cual, desde un principio, estaba grabada toda su potencialidad. La Ley, ese código inscrito en la semilla, tiene como esencia una voluntad que la impulsa a su propio cumplimiento, Es decir, la semilla de una rosa tiene como ideal el ser rosa. Esta es su verdadera voluntad. Y así ocurre con todo. El Universo entero, así como sus infinitas manifestaciones, sigue y cumple un plan de desarrollo y funcionamiento que expresa una ley omniabarcante. Se puede decir que el ideal, es decir, la voluntad individual inscrita en cada detalle del Universo, no sólo se limita a cumplir su misión individual, sino que automáticamente aporta su necesaria contribución al funcionamiento de todo lo demás. Esto es, todo está inseparablemente relacionado con todo de tal manera que el buen funcionamiento de cada cosa individual es necesario para la salud del organismo en su totalidad.



Observando este funcionamiento en la Naturaleza podemos decir que, en general, el 99 por ciento de las manifestaciones sigue fielmente su ideal sin apartarse del camino trazado por él. Parece que sólo el Hombre es aquí la gran excepción. Este hecho nos sitúa en una posición clave respecto al ideal y a la Voluntad Universal, ya que el ser humano es el único que tiene la libertad de ir incluso en contra de su propio bien y por tanto de su propio ideal y de su verdadera Voluntad. De hecho, esto es lo que más le caracteriza.
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El Hombre se aparta del mundo, se vive a sí mismo como algo escindido y comienza a sufrir. Ya sólo es capaz de identificarse consigo mismo, con una parte, en lugar de con la totalidad. ¡Pero es justamente este olvido de la totalidad, este aislarse y separarse del gran cuerpo cósmico, lo que ha hecho al hombre, hombre!



Sólo a partir de esta posición especial, a partir de la conciencia del sufrimiento que trae la separación, puede él ahora, animado por un anhelo implacable, sustentado por un recuerdo paradisíaco y con el fuego ardiente de un amor que todo lo vence, volver a conquistar la conciencia de su totalidad. Si llega a conseguirlo, entonces ha alcanzado su verdadera meta y con ello ha cumplido con el ideal inscrito en la semilla de su ser.



En el corazón de la semilla de luz está contenida la dualidad (yin-yang). Esta dualidad, que es base y fuente de todo movimiento y con ello de la vida, se expresa en nuestro símbolo por la germinación de la nueva planta. Hay un crecimiento hacia arriba, hacia la luz, y otro crecimiento hacia abajo, hacia la oscuridad. Estos dos crecimientos relacionan el Cielo con la Tierra, el futuro con el pasado y nos enseñan que lo uno no puede existir sin lo otro. El equilibrio dinámico del que todo emana se encuentra en la semilla.




El que no cree en un Creador o en una fuerza de la que todo emana, se quita a sí mismo la fuerza energética de la vida, sierra el tronco en el cual está sentado. Pero una vez entendida su función como hoja de árbol, es decir, cuando ha comprendido que proviene y depende con todas las demás hojas de un solo tronco, y cuando ve que éste, a su vez, procede de sólo una pequeña semilla, una semilla que guarda dentro de sí como su más alto ideal el plan perfecto de todo árbol, y también contiene toda la fuerza empujadora para llevar esta gran obra a la práctica, a su realización, es entonces cuando entiende que cada uno llevamos también dentro de nosotros parte de este gran plan. Es nuestro íntimo y más alto ideal ideal individual. Es a lo que aspiramos, es nuestra Verdadera Voluntad.



Todas las partes somos importantes y necesarias para el crecimiento y desarrollo: la evolución del organismo común. Es por esa razón que tenemos y portamos responsabilidad individual en nuestros diversos puestos de trabajo dentro de este árbol o templo humano que configuramos; dependemos uno del otro, y ninguno podemos funcionar o vivir sin la presencia y ayuda de los demás; y cuando mejor actuamos y cumplimos cada uno nuestro inscrito papel, es entonces cuando más se acerca "el árbol" entero a su propio ideal, nuestro ideal común.

Este ideal mora como una semilla en el corazón de cada uno de nosotros.





Fuente: Jan Semmel

jueves, 22 de octubre de 2009

Estructura Binaria y Exponencial del I Ching (Yi Jing).

ESTRUCTURA BINARIA Y EXPONENCIAL DEL I CHING (YI JING)

Por Artemidoros





En verdad, el común de las personas no sospecha que casi todos los sistemas "adivinatorios" esotéricos tienen un fundamento númerico, SON modelos numéricos (Dios "geometriza", como bien se percataron Pitágoras y Platón).


Así como el Tarot trabaja con el desarrollo de la matemática del número 4 (según demuestra Papus en el Tarot de los Bohemios), el I Ching trabaja con la matemática del número 2 mediante sucesivas emanaciones (combinaciones) de dos principios (2 elevado a la n); en otras palabras el I Ching es una forma de expresar la aritmética binaria, pues este antiguo método chino de sabiduría contiene los números del 0 al 63, como se puede ver cuando se usa el arreglo de Fu Hsi.

Leibniz fue el inventor a fines del siglo XVII del sistema binario que entre otros hoy utilizan los ordenadores (lenguaje de máquina). Dicho sistema binario solo contiene 2 números, el 0 y el 1. Cuando Leibniz conoció el I Ching, quedó muy sorprendido y quedó convencido de que los chinos conocían dicho sistema binario desde hacía por lo menos 2.500 años.

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También trabaja el I Ching con los 9 dígitos (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9) en los dos arreglos más conocidos del I Ching (el citado arreglo de Fu Hsi y el del Rey Wen), representados generalmente en el Pa Kua o Ba Gua (figura 01), que no es otra cosa que el cuadrado mágico de Saturno y suma 15 en cualquier forma que se sumen tres números horizontales, verticales o diagonales (figura 02).








En Occidente, tal cuadradado mágico es llamado el cuadrado de Saturno. Estos números se utilizan en la construcción de las figuras polígramas (figura 03).




Pero para la emanación de las figuras geománticas, se comienza con dos principios, a lo que me refiero cuando dije:


2 elevado a la 0 = 1, el Tai Chi (figura 4)





2 elevado a la 1 = 2, hay dos líneas, ------- yang, y --- --- ying (tradicionalmente "si" y "no" como respuesta elemental a la pregunta).

Al producirse una combinatoria de los principios, resulta:
2 elevado a la 2 = 2x2 = 4; hay 4 bigramas o digramas, viejo yang, joven yang, joven yin, viejo yin. A priori, el viejo yang debería ser como el yang anterior ("sí"), pero como es mutante, será más bien un "sí" vacilante, mientras que el viejo yin será un "no" incierto; los jóvenes yang y yin serán "sí" y "no" respectivamente como ya mencioné (figura 05).



2 elevado a la 3 = 2x2x2 = 8, hay ocho trigramas (cielo- viento- fuego- montaña- lago- agua- trueno- tierra). Generalmente estos trigramas aparecen representados en las 8 direcciones físicas en los arreglos mencionados arriba, el Pa Kua de Fu Hsi y el Pa Kua del Rey Wen (véase figura 06).




2 elevado a la 4 = 2x2x2x2 = 16. Hay 16 cuatrigramas, (viaje- corrupción- ejercito- entusiasmo- gracia- disolución- obstáculo- aumento- ascenso- encuentro- crecimiento- estallido o brote- éxito- dulzura- estancamiento- reunión).

Estos cuatrigramas son la base e instrumento adivinatorio del I Shu, que se considera parte del sistema I Ching completo. También son la base de la Geomancia o "Ciencia de las Arenas", también denominada a veces geomancia europea (que según Robert Ambelain se ha demostrado que desciende directamente del sistema chino). En verdad los cuatrigramas son idénticos, aunque en la Ciencia de las Arenas la notación cambie de líneas a puntos, y que en el sistema europeo las figuras se contruyen de arriba hacia abajo. Tal vez alguno de los lectores conoce o ha utilizado ese sistema, que utiliza un punto para una línea "yang" y dos puntos para una línea "ying" (véase figura 07). La existencia de estas 16 figuras establece una posible relación con las 16 cartas de corte del Tarot. Hasta ahora, he encontrado solo referencias a las claves proporcionadas por Crowley para una relación entre las cartas de corte del Tarot con varios HEXAGRAMAS, y alguna propuesta que alguien hace para corregirle algo a lo escrito por este esoterista inglés. Sin embargo, me parece más lógica una posible relación entre los cuatrigramas y dichas cartas de corte por ser igual en número. Recordemos que el Tarot se compone del Arcano Menor, que son 40 cartas del 1 al 10, más 16 cartas de corte (reyes, reinas, caballeros y pajes) y las 22 cartas del Arcano Mayor para un total de 78 figuras.





2 elevado a la 5 = 2x2x2x2x2 = 32, hay 32 pentagramas (figura 08), la tradición los descarta como posibilidad adivinatoria posiblemente porque en el sistema chino el 5 se considera como perteneciente al espíritu, (o éter, etc.), es un número que está por fuera del mundo del hombre, es el centro del Pa Kua (Ba Gua) o Cuadrado de Saturno (figura 09).








2 elevado a la 6 = 2x2x2x2x2x2 = 64, hay 64 hexagramas, la parte más conocida del I Ching, a la cual se refiere exclusivamente la afamada traducción de Richard Wilhen con prólogo de Carl G. Young. En la figua 10 está el ordenamiento de los 64 hexagramas conocido como la secuencia del Rey Wen, que es el que más conocemos en Occidente; En la figura 11 está el ordenamiento de los 64 hexagramas conocido como la secuencia de Fu Hsi (¡que Leibniz descubrió que corresponde a los números del 0 al 63 del sistema binario que él inventó!)




Resumiendo:

Revisemos lo que contiene el I Ching completo, entre lo que nos llegó principalmente por la traducción de Richard Wilhem del chino al alemán y de ahí a otras lenguas occidentales, y lo que nos llegó por otra vía a Occidente. Hay otras traducciones anteriores pero menos conocidas como la del escocés James Legge (1815 - 1897) publicada en Oxford en 1882 y que se puede leer en inglés en:
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Los 8 trigramas y los 32 pentagramas existen el sistema, tienen relaciones, atribuciones, nombres, significados; pero no se usan en la adivinación. Curiosamente, corresponden a las potencias impares 3 y 5.


Inexplicablemente, los cuatrigramas no llegaron a Occidente junto con su fuente original, el I Ching, sino por separado en la geomancia Ciencia de las Arenas y utilizando una notación distinta de puntos en vez de líneas para construir las figuras, como ya se dijo.





Por cierto, que como ya sabemos, y como ha notado un experto contemporáneo en el tema, Bradford Hatcher, el I Ching más conocido no tiene en cuenta los tetragramas ni los pentagramas, de modo que:

I Ching conocido en Occidente:

2 líneas o monogramas


+ 4 digramas


+ 8 trigramas


+ 64 hexagramas


= 78 figuras ¡¡Una relación interesante con el Tarot!!


Ahora bien, al tratar de ubicar la relación entre el I Ching y el Tarot, se abre la puerta de un mundo fantástico, ¡¡pues lo que más se ha trabajado es la relación entre el I Ching y el Sepher Yetzirah!! Por supuesto, eso indica una estrecha relación entre el esoterismo oriental del I Ching con el esoterismo occidental de la Kabbalah y el Tarot.

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Nota:
Los nombres, referencias y gráficos de los cuatrigramas y los pentagramas son originales del esoterista francés Robert Ambelain.

lunes, 19 de octubre de 2009

El AGUILA Y LA SERPIENTE

EL AGUILA Y LA SERPIENTE

Por Begoña Rojo




Aún siendo el águila un animal solar, y por ello se le puede asociar como viril, es uno de los máximos símbolos de espiritualidad femenina y del parto trascendental en alusión directa a la resurreción de la carne.



Dentro de esta misma gama simbólica, el Ave Fénix, complemento inmaterial del águila, representa la eternidad del espíritu que sufre ciclicamente la calcinación de la materia viva a la que está incorporada, pero que resurge de sus cenizas al retornar a su propio cuerpo renovado, por lo que ésta figura es un modelo de la resurrección y no de la reencarnación. Su complemento material es la serpiente, polo opuesto del espíritu y considerada en el plano simbólico, la espiritualidad más baja de lo material. En este sentido no carece de significado el hecho de que la serpiente deba reptar con todo su ser en íntimo contacto con la materia, la tierra, cuya sabiduría posee en grado supremo.


Tampoco es intranscendente que la iconografia nos aporte tantas representaciones de la Virgen mostrándola pisando a la serpiente con su pie descalzo. En realidad no se trata de un acto de violencia, sino de la indicación hermética de que el espíritu puro termina en los pies de la Virgen y Madre, debajo de los cuales queda ya la materia perfectible.


Tampoco es coincidencia que, como el águila (representación de la Virgen), también la serpiente pueda mirar de frente al sol, representación de la Divinidad Creadora. Y, en efecto, la serpiente ha sido tenida como fuente de sabiduría desde la Edad de Oro. Cuando no se arrastraba, poseía el don de la palabra y se dirigía al hombre como haría un maestro paciente con un alumno torpe. El propio Jesús aconseja en una de sus predicaciones lo siguiente:

"Sed sabios como la serpiente y

sencillos como la paloma".

Por cierto, la paloma es otra de las aves representativas de la feminidad cósmica, pero como figura del Espíritu Santo, se la asocia a la masculinidad. Esta particularidad ha sido causa de no pocas controversias, como ese otro tema tan bizantino, un poco más famoso por el dictado, pero semejante, que mantiene siempre abierto el debate sobre "el sexo de los ángeles".



Como complemento del tema añado la explicación que hace Juan Eduardo Cirlot en su Diccionario de Símbolos:



¿Podría el simbolismo del nivel bastar para explicar esta ascensión de la serpiente? Entonces, el "ureus" de los faraones egipcios (serpiente de su diadema), por su sola posición ya definiría el logro de su elevación. También pueden unirse águila y serpiente de otro modo, cúal vemos en la mitología del antiguo Mexico, con la serpiente con plumas, suerte de serpiente-ave que es un ofídio sublimado.





domingo, 4 de octubre de 2009

Interpretación de la Tabula Smaragdina

INTERPRETACIÓN DE LA TABULA SMARAGDINA
(Por Dennis Willian Hauck)

(Traducido por Artemidoros)







El artista Matthieu Merian emprendió un proyecto muy especial cuando comenzó un meticuloso grabado para ser incluído en la Opus Medico-Chimicum de Daniel Mylius, que se publicó en el año 1.618. Merian tituló su trabajo Tabula Smaragdina, que es "Tabla Esmeralda" en latín; su meta era incorporar todas las verdades contenidas en la Tabla Esmeralda en una visión que inspirara asombro. Este bello trabajo muestra en dramático detalle el nacimiento de la Piedra de los Filósofos cuándo deja el cielo y desciende a la tierra. El cuadro inmediatamente se convirtió en favorito entre las varias docenas de mandalas simbólicos que los alquimistas usaban para meditar, y muchos alquimistas medievales se sentaron a contemplar por horas este llamativo dibujo, tratando de absorver su poder.

Lo primero que nota uno al observar el cuadro, es su división obvia entre el Arriba y el Abajo; la delgada línea entre ambos señala que estos son reinos muy diferentes. Arriba, el más grande Sol de la Mente Una, cuyos rayos abarcan el universo entero, se eleva por detrás del Sol del Cielo o lo que Hermes llamó "La Mente del Hacedor". Este Sol intermedio es dominado por veintinueve querubines o fuerzas arquetípicas. En numerología el número veintinueve es equivalente al número dos, lo que entonces significa la división embrionaria de la Mente Una para crear la Mente del Hacedor, que lleva a cabo la creación primaria por medio de "pensamientos cristalizados de Dios"... los arquetipos.


Las tres presencias solares flotando entre los ángeles, representan los tres elementos celestiales expresados como la Trinidad Santa: Azufre (el Tetragrammatón de Jehováh el Padre al centro), Mercurio (el Hijo, el Cordero de Dios Sacrificado), y la Sal (la Paloma, Espíritu Santo escondido en la materia). En los términos genéricos de la Tabla Esmeralda, esta trinidad se compone de la Mente Una, el Proceso de Transformación y la Cosa Original.

El Abajo se divide en el día (solar) en el lado izquierdo del dibujo, y la noche (lunar) en el lado derecho. En la parte inferior, uno puede hallar los purificados Cuatro Elementos sellados dentro de bolas de cristal portadas por dos pájaros diferentes. En el izquierdo, el Fuego y el Aire están debajo de las alas estiradas del Fenix, un pájaro imaginario y mítico que asciende de las cenizas del fuego para renacer, lo que le da dominio sobre las esferas del Fuego y el Aire. En el derecho, un pájaro real que tiene dominio sobre las esferas de Agua y Tierra, el Aquilla o Águila, sostiene al Agua y la Tierra sobre las alas. Así, los elementos que se elevan, Fuego y Aire, representan procesos espirituales o psicológicos, mientras los elementos que descienden, Agua y Tierra, son procesos físicos o corporales.


El lado izquierdo o solar del grabado representa el proceso Calcination. En la esquina inferior izquierda hay un león rampante o de pie. Conocido por los alquimistas como el León Rojo, simboliza la energía ardiente, masculina del Trabajo. Detrás de él, es de día y se pueden ver árboles y un pueblo. El león lleva un collar de estrellas y representa las fuerzas cósmicas que emanan de la constelación de Leo, que figuraba tan prominentemente en la religión egipcia, y es la inspiración para la Esfinge, que simboliza la Era astrológica de Leo. La pata derecha de Leo descansa sobre un sol de siete rayos, mientras que la otra se apoya sobre el ala del Fenix. Leo presenta un sol de trece rayos a un hombre desnudo, símbolo de los Misterios Herméticos, que se dice fueron revelados a la humanidad hace más de 10.000 años. El hombre es el Sol que representa el componente masculino de la naturaleza y la personalidad. Los genitales del Sol están cubiertos por un sol pequeño, así como su pecho derecho, aunque se cubre su otro pecho con la luna creciente, que es la semilla de lo femenino en todos los hombres. Su pie derecho está sobre el ala del Fénix y su pie izquierdo descansa sobre un Sol de siete rayos idéntico al que sostiene a Leo. Estos siete rayos son los siete pasos para la iluminación que designa la Fórmula Esmeralda. El Sol está encadenado por su mano izquierda a las Nubes de lo Desconocido, que nos impiden experimentar el esplendor Arriba.
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El lado derecho o lunar del grabado representa el proceso de Dissolution. En la esquina derecha de abajo se puede ver un ciervo de pie y vestido como hombre. Conocido por los alquimistas como el "Ciervo Fugitivo", es un símbolo de la energía acuosa, volátil, femenina, del Trabajo. Tiene una cornamenta de doce puntas, y cada cuerno tiene una estrella encima, representando las influencias del zodíaco. En mitología, este es acteón, el cazador mítico que se convirtió en ciervo para admirar a Artemis desnuda mientras se bañaba en un estanque. Artemis era la diosa griega de la naturaleza y la fertilidad a quién más tarde los romanos rindieron culto como Diana. En ambas encarnaciones, la diosa representó los profundos poderes creadores y curativos de la mente subconsciente y de la naturaleza. El pie izquierdo del ciervo se posa firmemente sobre la tierra, mientras que el pie derecho se posa en el ala del Águila. En su mano izquierda hay un trébol de tres hojas que representa las tres fuerzas celestiales expresadas en la naturaleza, y en su otra mano está la Luna, que pasa entonces a una mujer desnuda. Conocida como Luna, la mujer desnuda es el componente femenino de la propia personalidad. Sus genitales están cubiertos por una luna creciente, como también su pecho izquierdo, pero su pecho derecho es un pequeño sol de siete rayos (la fuerza intuitiva pero activa dentro de las mujeres) de la que surge un chorro de estrellas (la Via Láctea) que inmediatamente es recibido y absorbido directamente en la tierra. Luna está a horcajadas sobre el Río Hermético, con un pie en el agua y el otro en el ala derecha del Águila. Detrás suyo hay una escena nocturna en la que se disciernen los contornos de árboles, valles y montañas. En su mano izquierda sostiene un manojo de uvas, símbolo de sacrificio, y su mano derecha se encadena a las Nubes de lo Desconocido.


El el centro del Abajo, un alquimista hermafrodítico levanta dos hachuelas estrelladas, que representan la facultad más alta de discernimiento y los poderes de Separation. El alquimista ha cortado las cadenas de la ignorancia que ataron a Sol y Luna a su dualidad., y equilibrado las poderosas fuerzas de su atracción sexual. Ha visto através de las Nubes de lo Desconocido, ha obtenido su libertad de los instintos, y percibe las poderosas influencias de los poderes arquetípicos. El alquimista empoderado es simbólico de una exitosa Conjunction de las fuerzas opuestas a su izquierda y derecha. La mitad de su hábito es negro con estrellas blancas y la otra mitad es blanco con estrellas negras. En otras palabras cada lado de su personalidad contiene la semilla de su opuesto, de modo que no ha negado ni destruido los obligatorios poderes de las polaridades, tan solo los ha integrado en su propio ser. El alquimista se encuentra en la falda de una montaña y de pie entre dos leones que tienen una sola cabeza. El león de la izquierda es el León Rojo y el de la derecha es el León Verde. Como se ve por el Fuego y el Agua que emergen de la montaña detrás de sus colas, estos dos leones representan el Azufre y el Mercurio, el alma y el espíritu del alquimista que se unen para producir el Fermento, el precursor de la Piedra, simbolizado por la sustancia espesa que fluye por la boca común de las bestias. De modo que el alquimista representa la unión del Fuego y el Agua. Esta fusión de lo racional con lo irracional, de la razón y el sentimiento, del varón y la hembra, es parte necesaria de cualquier acto de creación.

Directamente detrás del alquimista hay tres filas de plantas que representan las siete operaciones de la alquimia, realizadas por tres veces hasta la perfección. Las primeras dos filas contienen seis arbustos que culminan en el Árbol de Oro en la cima de la montaña. Cada arbusto está marcado con señales alquímicas de los compuestos metálicos. Detrás de estos arbustos hay un semicírculo de árboles, cada uno marcado con el símbolo de uno de los metales puros. En la cima de la montala, las Nubes de lo Desconocido se abren y los Poderes de Arriba tocan el cogollo del árbol con el signo del oro. Este es el acto de Fermentation, la penetración de la esencia purificada por las fuerzas de Arriba. Una línea trazada desde el Fermento de Abajo (que fluye de la boca común de los dos leones) al nombre de Dios Arriba divide el grabado por la mitad y bisecta al alquimista por el medio de su ser. Esa línea, que es el Eje Cósmico o eje vertical de la realidad, lo conecta a través del Árbol de Oro y la Piedra central, directamente a Dios. Viaja a través de los tres reinos, comenzando por el Reino Físico, transita los procesos psicológicos del Reino del Alma, y alcanza el punto más alto en el Reino del Espíritu.

La primera área que el alquimista encuentra a lo largo de este eje vertical es un Anillo de Estrellas en el cual predominan siete estrellas más grandes. Este anillo estelar presenta las siete operaciones alquímicas como principios cósmicos disponibles para las especies sensibles, en todas partes. Es seguido por un semicírculo de cinco escenas que conducen a la quinta esencia. Este registro de logros alquímicos, es conocido como el Anillo de Planetas, y cada escena representa el pájaro del espíritu asociado con uno de los cinco cuerpos planetarios. De izquierda a derecha: el Cuervo Negro de Calcination (Saturno), el Ganso Blanco de Dissolution (Júpiter), el Gallo de Conjunction (Tierra), el Pelícano de Destillation (Venus) y finalmente, el Fénix de Coagulation (Sol).

Por encima del Anillo de Estrellas y del Anillo de Planetas y formando parte de todos los reinos, hay una esfera central compuesta de siete capas concéntricas. Estas capas simbolizan cada uno de los Siete Pasos de Transformación que se debe alcanzar o descartar para alcanzar la Piedra, que es la esfera más profunda, y que tiene inscrito un triángulo. Dentro de la primera esfera están los signos del zodíaco. Estos son arquetipos personales y kármicos de la personalidad que está siendo incinerada por los intensos fuegos de la existencia en la operación que los alquimistas llamaron Calcination. La segunda esfera tiene tres inscripciones en latín que significan "Año de los Vientos", "Año del Sol" y "Año de las Estrellas". Estos son los arquetipos transpersonales resueltos y liberados durante el largo período de Dissolution. La tercera esfera concéntrica dentro de la esfera con capas en el centro de este grabado, describe los tres géneros de Mercurio (Mercurio Común, Mercurio Corporal y Mercurio Filosófico). Estos son las esencias del alma liberadas en las dos operaciones previas y preservadas durante el proceso de filtrado de Separation. La cuarta esfera nombra las tres clases de Azufre (Azufre Combustible, Azufre Fijo y Azufre Volátil o Etéreo). Estas fuerzas son las pasiones espirituales impulsoras de la Conjunction, en que las partes opuestas de nuestras personalidades, el Mercurio y el Azufre de nuestro ser, se unen en la meta común de transformación. La quinta esfera interna se refiere a la Quinta Esencia, la recién formada materia o Sal develada durante la Fermentation. Inscrita en esta esfera están los tres tipos de Sal (Sal Elemental, Sal de la Tierra y la Sal Central). La próxima y sexta esfera contiene un mensaje escrito en latín que advierte: "Debes encontrar los cuatro grados del Fuego del Trabajo". Como hemos visto, estos cuatro grados se refieren a los estados varios de conciencia que se deben purificar y unir durante la destillation para que no contaminen el Trabajo en su fase final.

La séptima y más inferior esfera contiene un triángulo central de Fuego que apunta hacía arriba, lo que representa el estado sublimado de conciencia destilada que se encuentra arriba. Dentro de ese triángulo está trazado el símbolo del Mercurio exaltado, la Mónada o la Cosa Una perfeccionada, que es la Piedra. En medio del símbolo hay un solo punto, el centro de todo el grabado y alrededor del cual giran tanto el cielo como la tierra. Es el punto de convergencia en nuestras mentes y personalidades donde todas las cosas se reúnen en una sola. A la izquierda del triángulo grande hay uno más pequeño que apunta hacia abajo, el cual representa el Agua o Mercurio; a la derecha hay otro pequeño triángulo que apunta hacia arriba y que representa el Fuego o Azufre. Debajo del triángulo central está la Estrella de David, que simboliza la Sal, la unión del Fuego y el Agua, la permanente reunión del Arriba y el Abajo.

Este maravilloso grabado es un resumen de cómo se expone y purifica el Mercurio de nuestro espíritu en el Trabajo. Unido con el Azufre de nuestras almas, es sometido a coagulación para formar la Sal de los Filósofos, el inmortal, permanentemente iluminado y plenamente encarnado estado de conciencia conocido como la Piedra. Como el punto concéntrico que conforma el centro mismo de este grabado, éste es nuestro ser perfeccionado y hogar último.


- de THE EMERALD TABLET (Penguin, 1.999) por Dennis Willian Hauck.

Fuente: http://www.alchemylab.com/smaragdina.htm