viernes, 16 de septiembre de 2011

La Alquimia del Deseo


La Alquimia del Deseo




Por Frater Cleo (Metropolitan College)
Director de la Sección de Astrología Avanzada
Traducción por Artemidoros



"Sed cuidadoso con lo que deseáis intensamente porque ello ciertamente vendrá a vos."



Cuan a menudo nos hemos dado cuenta de la verdad de esta declaración, cuando, habiendo puesto en movimiento la rueda del deseo, obtenemos aquello largamente deseado, en un momento cuando ya no sentimos anhelo alguno por eso. Hemos iniciado el funcionamiento de la Ley, y la Ley debe cumplirse. Las leyes subyacentes al Tiempo y al Espacio no trabajan conjuntamente con las leyes del Deseo, a menos que se las evoque especialmente; consecuentemente, el efecto del Deseo a menudo viene en un tiempo inoportuno, por lo menos en que concierne a las opciones del Ego.


Sólo después de muchas experiencias amargas, el Ego despierta y comienza a reconocer algunas de las leyes que operan en los diferentes planos de actividad. A menudo, estas experiencias son productoras de tanta angustia, que del miedo a la repetición de la angustia, el Ego casi cesa su actividad. La cesación de la actividad es la muerte. Para vivir, debemos ser activos, debemos desear. El deseo fue y es el originante del mundo, y la fuerza que lo impele, aquello que nos lleva a todos adelante hacia la meta de la evolución.


Cuando el Ego empieza a diferenciar entre los resultados alegres y los resultados afligidos como producto de su deseos, entonces desarrolla la discriminación. La discriminación es uno de los primeros pasos definidos, que más tarde conducirán el Alma a Dios. Es la Vida de Mercurio, el niño, que conduce al Peregrino hasta el Paraíso.


En la ilustración acompañante de Jacob Boehme, se indica claramente el "Mysterium Magnum," el eslabón conector entre la Ley y los Profetas y la Cabeza Divina. Contiene el simbolismo del niño Mercurio de pie entre Moisés, la Ley del mundo material y el Christos, la Ley del mundo espiritual. Es también significativo que el Niño Divino está de pie entre la Ley por un lado y el Amor en el otro, los dos senderos que los místicos mencionan, los cuales conducen ambos a la misma meta.


Hay varios otros puntos, contenidos en esta ilustración, que están llenos de profundo sentido digno de consideración, sobre todo por los estudiantes de astrología. En el Cinturón Zodiacal que rodea el mundo, se notará a Escorpión como el signo central prominente. Escorpión es "el lado negativo de Marte", y se le conoce como el signo de la regeneración espiritual. Marte es el planeta de la fuerza, la energía, que opera particularmente en el plano del Deseo. En el Ego subdesarrollado la fuerza de Marte genera impulso, mientras que en el Ego desarrollado, el impulso se transmuta espiritualmente en Voluntad.


La figura del Christos está de pie, con el pie izquierdo sobre los anillos o redondeles 6 y 7, que corresponden a los signos Virgo y Libra, los signos de Pureza y Equilibrio. El pie derecho está en el 8, correspondiente a Escorpión, el signo de Crear y Construir - la Ley del Padre. El Christos debe tener Pureza de cuerpo, alma y espíritu. Debe tener la fortaleza de estar de pie por sí mismo, en equilibrio entre los extremos de la atracción y la repulsión. Al trabajar de acuerdo con "Hágase Tu Voluntad y no la mía", el Iniciado es siempre creador y constructivo.


Mercurio es el alquimista, quien transmuta los impulsos en Voluntad, esa fuerza que selecciona correctamente y dirige los deseos del Alma regenerada. Mercurio es el Pensador, el Discriminador, el que enseña la impermanencia de lo material, y la realidad de las cosas inmateriales.


Usted ha sentido la angustia de los deseos materiales insatisfechos; se ha apartado de ellos porque Ud. entiende la Ley. Si dentro de su Alma hay aspiraciones por deseos mejores, más puros y más permanentes, entonces Mercurio ha nacido y ha plantado una Rosa en su Cruz. Posteriormente llegará a ser el Alquimista espiritual que transmuta todos sus fuertes deseos, por la dirección de su Voluntad, en un intenso anhelo de Dios, y Su Luz; entonces florecerá la plenitud de la Rosa. Ud. conocerá, en el "Hágase Tu voluntad", la verdadera Fraternidad del Hombre, porque Ud. amará a todos, y en su conciencia percibirá la verdad de que "Todo es Uno y Uno es Todo."



Esta es la Alquimia del Deseo.

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