LA EMPERATRIZ*
por Artemidoros
Sentí la respiración de la primavera, y acompañando la fragancia
de violetas y de lirios del valle oí el delicado cantar de los elfos. El
riachuelo murmuró, las copas de los árboles crujieron, las hierbas susurraron,
los innumerables pájaros cantaron en coro y las abejas zumbaron; por todas
partes sentía la respiración de la naturaleza alegre, viva.
El sol brillaba delicada y suavemente y una pequeña nube blanca
colgaba sobre los bosques.
En el medio de un prado verde en donde florecían los primores, vi
a la Emperatriz
sentada en un trono cubierto con hiedra y lilas. Una guirnalda verde adornaba
su pelo de oro y, sobre su cabeza, brillaban doce estrellas. Detrás de ella se
levantaron dos alas nevosas y en sus manos llevaba un cetro. Todo alrededor,
bajo de la dulce sonrisa de la
Emperatriz , flores y
brotes abriendo su cubierta de rocío, verde hojas. Su vestido entero estaba
cubierto con ellos como si cada uno abriera nuevamente la flor que era
reflejada en ella o se había grabado sobre eso y se había convertido así parte
de su ropa.
"Reina de la vida," dije, "¿porqué todo es tan
brillante y alegre alrededor de usted? ¿No conoce el gris, el cansado otoño, el
invierno blanco y frío? ¿No conoce de la muerte y de cementerios con negras,
frías y húmedas tumbas? ¿Cómo puede sonreír tan alegre sobre las flores
abriendo, cuando todo está destinado a morir, incluso lo que aún no ha nacido?
Por respuesta la
Emperatriz miró en mí aún sonriente y, bajo influencia de esa
sonrisa, sentí repentinamente una flor de algún claro entendimiento abriéndose
en mi corazón.
* Ouspensky P.D. EL SIMBOLISMO DEL TAROT. FILOSOFÍA DE OCULTISMO EN FIGURAS Y NÚMEROS. Traducido al inglés por A. L. Pogossky. Trood Print. and Pub. Co., St. Petersburg, Russia [1913]
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