LA MUERTE*
Por Artemidoros
Fatigado por el destello de la Rueda de la Vida , me conecté a la tierra y cerré mis ojos.
Pero me parecía que la rueda seguía girando ante mí y que las cuatro criaturas
continuaban sentadas en las nubes y seguían leyendo sus libros.
Repentinamente, al abrir los ojos, vi a jinete gigantesco en un
caballo blanco, usando una armadura negra, con un casco y una pluma negros. Una
cara de esqueleto miraba hacia fuera debajo del casco. Una mano huesuda
sostenía un grande y negra bandera que se agitaba lentamente, y en la otra
sostenía una brida negra ornamentada con calaveras y huesos.
Y, dondequiera que el
caballo blanco pasaba, le seguían la noche y la muerte; las flores se
marchitaban, las hojas caían, la tierra se cubría con un ropaje blanco;
aparecían los cementerios; las torres, los castillos y las ciudades eran
destruidos.
Reyes en el pleno esplendor de su fama y de su poder; las mujeres
hermosas amadas y amando; altos sacerdotes investidos por el poder de Dios;
niños inocentes -- cuando vieron el caballo blanco todos cayeron sobre sus rodillas ante él, estirando sus
manos en terror y desesperación, y se cayeron para no levantarse más.
Lejos, detrás de dos torres, el sol se puso.
Un frío mortal me envolvió. Los pesados cascos del caballo
parecían caminar en mi pecho, y sentía que el mundo se hundía en un abismo.
Pero todo tenía algo familiar, pero visto y oído débilmente,
parecía venir del paso medido del
caballo. Un momento más y ¡oí en sus pasos el movimiento de la Rueda de la Vida !
Una iluminación entró en mí, y, mirando al jinete alejarse y el
sol descendiendo, entendí que el Camino de la Vida consiste en los pasos del caballo de la
muerte.
El sol se hunde en un punto y se levanta en otro. Cada momento de
su movimiento es un descenso en un punto y un ascenso en otro. Entendí que se
levanta mientras se hunde y que se hunde mientras se levanta, y que la vida, al
venir al nacimiento, muere, y al morir viene a nacer.
"Sí," dijo la voz. El sol no piensa en ir hacia abajo o
hacia arriba. ¿Qué sabe él de la tierra, de ir y venir observado por los
hombres? Va en su propia manera, sobre su propia órbita, alrededor del Centro
desconocido. La vida, la muerte, se levantan y caen-- ¿no sabe que todas esas
cosas son pensamientos, sueños y temores del Tonto?
* Ouspensky P.D. EL SIMBOLISMO DEL TAROT. FILOSOFÍA DE OCULTISMO EN FIGURAS Y NÚMEROS. Traducido al inglés por A. L. Pogossky. Trood Print. and Pub. Co., St. Petersburg, Russia [1913]
es usted admirable, gracias por su tiempo
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