martes, 5 de julio de 2011

La Gran Obra

La Gran Obra

La “Gran Obra”
Nick Sandberg
traducido por Artemidoros


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Introducción

En este ensayo voy a tratar de relacionar un poco del espíritu y el contenido de lo que creo que se trata la llamada “Gran Obra” de los ocultistas. Y también quiero examinar cómo este “Santo Grial” de las tradiciones esotéricas puede permanecer hoy relevante tanto para nuestra vida cotidiana como para nuestro futuro como raza.

Y al ponerme en ello se me presentó un problema importante. Es decir, que ninguno de los órganos implicados en la “Gran Obra” - las diversas escuelas esotéricas y de “misterios” que siguen activas en Oriente y Occidente - en realidad no escriben directamente sobre ella, en lo que es aplicable para el futuro de la raza humana. En cambio, escriben sobre el asunto con un velo muy espeso de simbolismo, en lo que concierne a la persona. Y a partir de esto, el estudiante discerniente puede derivar alguna comprensión de su significado en el marco más amplio.

Por tanto, debe tenerse en cuenta que este ensayo es sobre todo intuitivo. Y el lector debe sentirse absolutamente libre de aceptarlo o rechazarlo, en todo o en parte, como él o ella crea conveniente. La mayor parte de mi conocimiento del tema deriva del estudio de los escritos de Paul Foster Case, un esoterista de la primera mitad del siglo XX muy respetado en EE.UU., y además bien conectado con los principales grupos occidentales esotéricos de la época. Todas las referencias que haga a “pensamiento oculto”, “creencia esotérica” o similares deben considerarse como mi interpretación de sus ideas y escritos.

Azoth

La Gran Obra


“La naturaleza sin ayuda siempre fracasa” - máxima oculta


La llamada “Gran Obra” de los ocultistas está en el corazón de todas las actividades esotéricas, tanto en Oriente como en Occidente. Y a la “culminación” de esta “Gran Obra” se hace referencia a través de una multiplicidad de eufemismos dispersos en numerosos campos. Es el “Grial” de la mitología clásica. Se trata de la “Piedra de los Filósofos” de la alquimia. Es la “joya que cumple todos los deseos” del budismo clásico. Y es la “reconstrucción del Templo de Jerusalén” de la Biblia, sólo para nombrar algunos.

La “Finalización de la Gran Obra” es la meta de todos los esfuerzos esotéricos serios. Y hay dos campos relacionados, pero distintos, en que se llevan a cabo las actividades con este fin.

En primer lugar, el microcosmos - el cuerpo humano. Completar la Gran Obra en el microcosmos es el logro supremo del practicante de la magia individual. Aquí, haber completado la gran obra significa que uno se libera de la necesidad constante de morir y reencarnarse. En el futuro, él o ella existe como un alma inmortal “plenamente consciente de Dios”, en una dimensión por encima de la física. Para el resto de su existencia terrenal, se le conceden grandes potencias curativas a la persona que ha completado la Gran Obra.

Y, en segundo lugar, el macrocosmos - el mundo. La finalización de la Gran Obra se considera aquí como la Meta Divina de la especie humana. Y, de hecho, del mundo material sí mismo. Los ocultistas consideran al nivel actual de evolución humana como sólo parcialmente completo, la mente humana es la zona que aún falta desarrollar plenamente. Y que en orden de terminar la tarea, se cree que se requerirá un gran esfuerzo. A esta necesidad del esfuerzo individual y, especialmente de la correcta gestión de los recursos (en lugar de esperar sentados y dejar que suceda), se hace referencia en una máxima que se encuentra en el corazón de las tradiciones ocultas - “La naturaleza sin ayuda siempre fracasa”.

En un intento de transmitir cuán importante estas tradiciones consideran que es el cumplimiento de su propia tarea, los lectores deben tener en cuenta que el impacto esperado de esta nueva fase de la evolución humana no se limita a nuestra especie. En cambio, se aplica a la totalidad del mundo material, a toda la creación. En efecto, para los ocultistas, (y muchos físicos modernos), lo que ES el mundo se relaciona con nuestra capacidad evolutiva promedio de percibirlo. Por lo tanto, cuando nuestra mente evolucione más allá de su nivel actual, la seguirá toda la creación. Las cosas existen en la manera que lo hacen porque esa es la manera en que las percibimos.

Y esta declaración alude al verdadero significado de la palabra “realización”, como aquí se emplea. Los ocultistas creen que el ciclo del descenso del Espíritu en la materia se completa con el regreso de la materia al Espíritu. Y que es la conciencia humana la que afectará la transformación final para así completar el llamado “camino de retorno”.


Los Dos Principios o Polaridades

Espíritu, materia y conciencia


Con el fin de comprender el significado de la Gran Obra y poner en perspectiva su culminación, será necesario examinar brevemente algunos aspectos de la cosmología oculta.

En las tradiciones esotéricas, la existencia de una “sustancia primordial” es reconocida y mencionada por varios nombres tales como “prakriti”, o “materia primordial”. Aquí la llamaremos “Materia Prima”.

La Materia Prima es lo que es la materia antes de ser observada. Cuando se examina, toma la apariencia de lo que llamamos “materia”.

Las Escuelas ocultas que he revisado creen que, al inicio de nuestro universo, la Materia Prima descendió desde el dominio divino, en un acto espontáneo de creación, como se describe en el libro del Génesis. Y, simultáneamente, comenzó a buscar su retorno. En la literatura religiosa tradicional, el dominio de lo divino se refiere a menudo como “el cielo”, y el dominio de la Materia Prima como “tierra”. A veces ambos son representados como si fueran la tierra y el cielo en el dibujo de un niño. El flujo entre la Divinidad y la Materia Prima es el “Espíritu”. Cuando el Espíritu toca primero a la Materia Prima, después del acto de creación, la Materia Prima queda tan cautivada que de inmediato comienza a buscar un medio por el que se pueda intensificar la experiencia. Y para que la Materia Prima experimente más intensamente la presencia espiritual, es necesario que se auto forme en estructuras que puedan enfocar al Espíritu sobre ella.

Estas estructuras son organismos vivos. El hecho de ser auto consciente, de ser consciente del propio entorno, es para el ocultista el acto de enfocar al Espíritu sobre la Materia Prima. La Materia Prima, por lo tanto, empieza a anhelar la conciencia. En efecto, a mayor conciencia, más se experimenta su fuente divina. Después de haberse desarrollado en primitivos “vasos de conciencia”, como las plantas, la Materia Prima aprende entonces a evolucionar en animales y, finalmente, en forma humana. Desde esta perspectiva, el ser humano por lo tanto, representa hasta el momento el mejor esfuerzo que la Materia Prima original ha creado para experimentar su fuente Divina.

Y, como el mundo sólo luce de la manera que lo hace debido a nuestro nivel de conciencia, entonces el acto de ser consciente no sólo permite que la Materia Prima experimente su fuente, sino que también se transmute de regreso hacia su origen. En relación a la Gran Obra, por lo tanto, los seres humanos son simplemente recipientes de conciencia altamente evolucionados, impulsados a la existencia por el deseo subyacente de la Materia Prima de conocer a su creador. En términos esotéricos, esta es la verdadera fuerza detrás del proceso evolutivo.

La Montaña de los Filósofos

El mundo que nos rodea.

El mundo material que aparece cuando abrimos los ojos puede por lo tanto ser considerado fundamentalmente como un producto de la reacción entre el Espíritu y dos aspectos de la Materia Prima - el ser humano y su entorno. El mundo se ve así esencialmente como una interfaz que surge espontáneamente cuando el Espíritu actúa a través de la Materia Prima en la medida que la conciencia humana interactúa con la Materia Prima en un estado menos desarrollado.

El proceso es vagamente similar a aquel por el cual una interfaz gráfica de usuario, por ejemplo de Windows , llega a la pantalla de nuestro ordenador cuando se conecta la energía eléctrica. El Espíritu está representado por la electricidad, la Materia Prima como conciencia humana lo está por el software, y la Materia Prima menos evolucionada, por el hardware. El resultado es la creación de un entorno simulado que podemos manipular para realizar procesamiento de información.

El pensamiento oculto sostiene que nuestro mundo es similar. Y que se volvió manifiesto por un procedimiento parecido. Las Escuelas esotéricas occidentales, por ejemplo, creen que, al inicio de nuestro universo, se desarrollaron una serie de procesos elementales de forma secuencial y “encajaron” creando un conjunto de intervalos de campo armónico que finalmente tomaron la forma de un entorno tridimensional dentro del cual un mayor aspecto del proceso de apertura, un “alma”, podría tomar forma física e interactuar con otras almas y con los aspectos parcialmente evolucionados de la Materia Prima, (el entorno). Dentro de este marco interactivo, la acción de ser consciente transmuta la Materia Prima en lo que sea como se le perciba.

En nuestro estado actual de evolución mental, convertimos la Materia Prima en una serie altamente objetiva de “objetos” aparentemente externos que podemos manipular, y a eso típicamente le aplicamos el término “mundo material”. Sin embargo, los ocultistas creen, a medida que prosigue la evolución de conciencia, comenzaremos a experimentar la “realidad” de manera muy diferente. Algunas pistas sobre cómo será esa “nueva realidad” se encuentran en los textos místicos de Oriente.


Distillation

Estados Superiores


Para comprender la importancia de la perspectiva ocultista sobre la evolución en el mundo de hoy, es necesario mirar un poco a lo que significa en el microcosmos - el ser humano individual - emprender la “Gran Obra”.

Los avances en la Gran Obra significan, como hemos visto, el progreso evolutivo. En particular, la evolución de la mente. Este proceso se cree que ocurre a través de la acción de un aspecto concentrado del Espíritu, conocido en Oriente como kundalini. Tal vez el mejor término que tenemos en Occidente para esta sutil energía de gran alcance es “libido”.

Kundalini, se cree, es una forma sutil de energía que se produce en el intestino, a partir de la asimilación de los alimentos, y se acumula en el sistema reproductivo de un individuo. Aquí se experimenta inicialmente y se emite del cuerpo como energía sexual. Sin embargo, cuando se llevan a cabo diligentemente ciertas prácticas físicas y mentales, los ocultistas creen que esta energía puede ser desviada de su ruta habitual de disipación e impulsada hacia arriba. Concretamente, impulsada por la espina dorsal hacia la cabeza, lo que provoca ciertos cambios específicos en la fisiología del cerebro. Estos cambios, entre ellos el desarrollo de la glándula pineal, son vistos como los cambios necesarios en el “hardware” cerebral para lograr la evolución de la conciencia y permitir el acceso individual a los estados místicos de conciencia.

A medida que un practicante individual aborda la “Gran Obra” en el microcosmos, él o ella se convierte en un “receptáculo de conciencia” más evolucionado, y por lo tanto puede permitir que más Materia Prima “conozca” a su fuente Divina – mejor aún, transformarla en materia original, Divina. Y una parte fundamental en este proceso de “elevación de la kundalini” se lleva a cabo una vez que se dispone de suficiente hardware cerebral que permita el acceso individual a los estados místicos de conciencia.

Una vez que suficiente kundalini ha sido elevada para ocasionar un cierto nivel de desarrollo de la glándula pineal y los órganos relacionados del cerebro, la persona comenzará a experimentar periódicamente un estado místico de conciencia conocido en Oriente como “samadhi”. El estado de samadhi se caracteriza por un sentimiento de “unión extática con lo divino”, de “unidad”, y de trascendencia del espacio, el tiempo y la separatividad. Experimentar este estado durante períodos breves, por lo general mientras se está en meditación profunda, tiene el efecto de aumentar enormemente la velocidad a la que se produce la energía kundalini y se suministra a los canales sutiles de energía en la columna vertebral.

A medida que el punto de culminación finalmente se acerca, la persona se encontrará pasando cada vez más tiempo en estados iluminados de conciencia, y cada vez menos en la conciencia ordinaria. El sentido de separación entre los objetos aparentes comenzará a difuminarse y el mundo dejará de parecer como “aquí” y “allí”, para convertirse simplemente en un estado unificado de percepción Divina.

Como arriba, es abajo. Como abajo, es arriba.

El Mundo

“¡Despertad y cantad, moradores del polvo” - Isaías 26:19

La secuencia de eventos de la Gran Obra en el macrocosmos es más o menos la misma que en el microcosmos.

La fuerza motriz detrás del deseo de la Materia Prima para volver a su fuente es el Espíritu. Es el Espíritu, esta emanación de la Divinidad, quien impulsa a la Materia Prima para convertirse a sí misma en receptáculos de conciencia. Y es el Espíritu, en un aspecto particularmente concentrado, lo que se manifiesta en los organismos vivos como la energía evolutiva, kundalini.

Y, así como el cuerpo humano se “acopla” hacia la etapa final de su evolución una vez que el individuo comienza a experimentar el estado místico de samadhi, también el retorno de la Materia Prima a su fuente se acelera en gran medida por la evolución de las criaturas que tenían auto conciencia - los seres humanos. Los seres humanos, por el simple hecho de ser conscientes de su entorno, transmutan la Materia Prima en la forma que adopta ante sus ojos. Y una vez que un número importante de personas puedan entrar simultáneamente en el estado de samadhi, el conjunto de la creación física espontáneamente regresará a su fuente divina.

Esto es lo que los ocultistas creen que será el destino final de la humanidad y del universo físico: el retorno de la Materia al Espíritu a través de la acción de la conciencia evolucionada. Una vez que se alcance un cierto nivel de umbral de conciencia, el proceso comenzará de forma espontánea.

Por lo tanto, la evolución ha tenido lugar únicamente con la intención de permitir a la Materia Prima conocer como volver a su fuente. Nuestra evolución física ha sido dirigida por el deseo abrumador de la Materia Prima de conocer a su creador desde que el tiempo y el espacio se desplegaron en el acto espontáneo primario de la creación que conocemos como el Big Bang. Tenemos cuerpos porque los cuerpos son un sistema de apoyo para la conciencia. Nos reproducimos y morimos, porque este es el único medio por el cual el cuerpo físico progresivamente puede convertirse en un mejor transmutador de la Materia Prima. Y no tenemos necesidad en absoluto de cualquier forma de sustento físico (aire, alimentos, agua, etc.), ya que en el estado de realización de Dios todo se identifica con la divinidad.

Y ahora podemos empezar a entender por qué las diferentes escuelas esotéricas y de misterio involucradas en la Gran Obra están tan obsesionadas con el secreto.


Adán y Eva por Vecellio Tiziano (1550)

La caída

El período conocido comúnmente como La Caída, en términos bíblicos, representa el momento en que la conciencia en el ser humano se convirtió en lo suficientemente desarrollada para las personas comprendieran los conceptos de “bien” y “mal”. Las plantas y los animales no tienen, en lo mejor de nuestro conocimiento, comprensión de estos conceptos, ya que no tienen suficiente percepción. Pero a medida que el hombre se desarrolló a partir de sus ancestros primates y continuó evolucionando, llegó un momento en que había suficiente conciencia de la gente para distinguir conceptos morales y por lo tanto comenzó el período conocido como La Caída.

Y como llegamos a distinguir entre el Bien y el Mal, al mismo tiempo desarrollamos la capacidad para promover causas buenas o malas. Y esto supuso un problema para aquellos antiguos individuos adeptos que, hace eones, eran conscientes del destino y el propósito divinos del Hombre: cómo guiar y dirigir el desarrollo cultural y físico del Hombre, sin que se le permitiera tomar conciencia de los inmensos poderes encerrados en su interior. Especialmente porque a lo largo del tiempo se incrementaron su nivel promedio de conciencia, y por tanto la curiosidad. Dos aspectos de este problema se revelan en un conocido texto relacionado con los problemas del despertar espiritual:

“19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? 20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. 22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.” - Juan 1:19-23

Una interpretación esotérica del Evangelio de Juan revela que se trata de una descripción del correcto desarrollo del despertar espiritual en el individuo - el microcosmos. En la escena al principio, los sacerdotes y levitas representan las voces del ego que, intrigado y preocupado por la nueva presencia espiritual que encuentran entre ellos, comienzan a preguntar a fin de comprender mejor su naturaleza. La presencia declara enfáticamente que no es el Cristo, con lo que indica que es el individuo que experimenta las primeras etapas de un despertar espiritual que no debe identificarse con el Mesías. A continuación, también revela que en realidad es la voz del Yo Superior, instalado en el corazón sin desarrollar, y advierte a la persona de no apartarse de la senda espiritual.

Estas dos piezas de información dadas al individuo que está pasando por el despertar espiritual - no creerse ser el Mesías, y no ser arrastrado por las preocupaciones materiales - pueden también, por supuesto, ser entendidas en relación con el macrocosmos, y el despliegue masivo proyectado de una conciencia superior. Y es esta noción, la restricción de nuestro desarrollo cultural en los últimos 2.100 años y pico - la llamada era de Piscis – lo que voy a tratar de analizar en la siguiente pieza de esta serie.


Nick Sandberg, 2000

Bibliografía


The Tarot, Paul Foster Case.
The Book of Tokens, Paul Foster Case
Bible Mystery, Bible Meaning, Thomas Troward
The Tower of Alchemy, David Goddard.
The Kabbalistic Universe, Z'ev ben Shimon Halevi HOME
Otra Fuente: http://www.hiddenmysteries.org/themagazine/vol14/articles/occult-notes.shtml

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